NIVELES DE ENSUEÑO
EL CAMINO TOLTECA - Ken Eagle Feather
Don Juan dice que cada nivel abarca dos pasos: llegar al nivel y
explorarlo. Por tanto hay dos maniobras que se deben realizar: entrar en
el nivel y moverse dentro de él. Dentro del segundo campo, aprender se
convierte en nuestra segunda naturaleza. Es como si supiéramos qué hacer
en todo momento. Por otra parte, cada nivel contiene ciertos
obstáculos. Según Don Juan, el componente crítico para aprender en todos
los niveles es el intento. No hay pasos específicos aparte de
«intentar» lo que uno quiere y uno «intenta» algo «simplemente
intentándolo». Sin embargo, al mismo tiempo don Juan también dice que se
requiere «imaginación, propósito y disciplina» (Ensueño, 142, 18, 23,
26). Sólo entonces el intento puede ser experimentado y controlado como
una energía diferente de la razón.
NIVEL UNO: SOÑAR DESPIERTO. El
nivel uno consiste en estabilizar la conciencia de ensueño. Es decir,
comienzas a desarrollar una cierta autonomía dentro de tus sueños. Este
nivel incluye observarte mientras te quedas dormido y después despertar
dentro del sueño. Al hecho de saber que estás soñando mientras sueñas se
le suele llamar ensoñamiento «lúcido»: permaneces despierto dentro del
sueño.
El intento de observarte mientras te quedas dormido te
lleva a entrar en una negrura que produce una sensación de pesadez pero
al mismo tiempo es agradable, como si estuvieras acurrucado bajo un
edredón de plumas en una fría noche de invierno. El hecho de permanecer
en esa negrura indica que hemos alcanzado el umbral del primer nivel y
hemos aprendido a observarnos mientras nos quedamos dormidos. Más
adelante, a medida que aprendemos a movernos dentro de nuestros sueños
esta pesadez se vuelve más ligera. Para entrar en el nivel uno debemos
salir de la negrura y entrar en el ensueño. Cuando apliquemos el intento
a esta tarea es probable que veamos imágenes flotando más allá de
nuestro alcance, en el límite de la negrura. El objetivo es entrar
completa¬mente en el ensueño, dejando la negrura atrás. Descansar en la
negrura significa que hemos reducido la atención al primer campo y
entrar en el ensueño indica que hemos centrado la atención en el
segundo. Cuando potenciamos el segundo campo comenzamos a identificamos
con todo nuestro cuerpo energético en lugar de identificamos sólo con el
cuerpo físico.
Don Juan recomienda como tarea práctica para
atravesar el umbral la de mirarse las manos en el sueño (Ensueño, 21).
Esto nos saca de la negrura y nos lleva hacia el sueño con imágenes.
Cuando podemos mantener un sueño sin cambios, hemos estabilizado el
nivel uno. Es decir, podemos fluir con ese sueño todo el tiempo que
queramos.
En este estadio, don Juan sugiere desarrollar el
intento del ensoñador. En otras palabras, usando la imaginación y el
propósito, establecemos que somos soñadores en cada célula de nuestro
cuerpo, llegando a sentir la energía del ensueño en todos los recesos de
nuestro ser. Según don Juan, esto produce «el conocimiento corporal
incuestionable de que eres un ensoñador» (Ensueño, 26). Y esto nos
proporciona el intento inflexible de mantenernos conscientes a medida
que entramos más profundamente en el ensueño.
Entre las técnicas
utilizadas para favorecer este proceso se encuentran la del desapego y
la de no formar patrones. En una ocasión, mientras ensoñaba, me di
cuenta de que había una gran boa constrictor deslizándose por el suelo.
Poniendo en práctica ambas técnicas de rastreo, no reaccioné;
sencillamente observé lo que pasaba. Tampoco reaccioné mientras trepaba
por mi cuerpo, aceptando la escena sin apegarme a ella ni rechazarla.
Entonces la serpiente se deslizó dentro de mi cabeza por la parte
posterior del cráneo y salió por mi boca. En esos momentos resultaba
difícil no formar patrones, pero lo intenté. En un segundo, la serpiente
desapareció y una luz blanca comenzó a brillar dentro de mi cabeza.
Desde ese momento pude dirigir el contenido de mis sueños.
A
medida que practiques el ensueño, es probable que te pierdas en los
detalles de tus sueños, que te preguntes por qué no lo consigues después
de haberlo intentado cientos de veces y también es probable que los
numerosos semifracasos acaben poniéndote nervioso. Don Juan nos aconseja
que la solución es muy simple: sigue insistiendo. Antes o después las
barreras caerán y tendrás éxito (Ensueño, 36).
NIVEL DOS: VIAJE
INTERDIMENSIONAL. En este nivel, ejercemos un mayor control dentro de
los sueños porque nuestra lucidez asume mayores proporciones. Don Juan
dice que para entrar en este nivel, «o bien sueñas que te despiertas del
sueño o utilizas el ensueño para saltar a otro sueño diferente»
(Ensueño, 44). En lugar de intentar encontrarte las manos, en este caso
aíslas un componente del sueño y te centras en él. Después, utilizando
la concentración como palanca, cambias de sueño.
Por ejemplo, en
uno de mis sueños estaba observando una carretera mientras permanecía
apoyado ociosamente sobre el costado de una casa. Era de noche. Estaba
intentando detectar las luces de los coches antes de llegar a verlas.
Entonces empecé a escuchar unos tonos oscilantes. Este cambio de enfoque
de mi atención hizo que entrara dentro del sueño. Como uno de mis
intereses son los ET, comencé espontáneamente a sentir energía ET.
Entonces el sueño cambió y el coche que se acercaba por la carretera se
convirtió en un platillo volante. Perdí la pista y me quedé
desorientado. Tuve pánico porque no me sentía preparado para tratar con
los ET. Me desperté con el corazón acelerado y sabiendo que la
indecisión y el miedo tienen efectos perniciosos. Para la mayoría de la
gente, una de las lecciones más difíciles de aprender es la de entrar en
sus propios sueños sin perder el control.
Otro de los
principales impedimentos es encapricharse con el contenido del sueño,
analizándolo excesivamente o usando inapropiadamente la gran libertad
que se genera. Si continúas haciéndolo durante mucho tiempo debes
prepararte para tener un despertar muy rudo (Ensueño, 41). Por tanto, la
mejor opción es seguir evolucionando dentro y más allá del segundo
nivel.
Una vez traspasado el umbral, el sueño deja de ser un
sueño ordinario. Una de las opciones disponibles es el viaje
interdimensional. Por la razón que sea, los Toltecas han aislado el
mundo inorgánico como un medio para evaluar su temple y su vigor, y lo
usan para viajar dentro y fuera de otras dimensiones. El mundo
inorgánico debe ser afrontado con fuerza y confianza, dice don Juan,
porque el miedo tiene una influencia desfavorable sobre esa experiencia
(Ensueño, 47). Como dentro de ese mundo la energía vibra a una velocidad
diferente, se forma una barrera natural. Para soportar la transición de
esa barrera se requiere segundo ciclo prepararon a los seres
inorgánicos para ser sus aliados y utilizaron sus favores al servicio de
su autoimportancia. Añade que por esta razón se está mejor sin ellos.
Quedémonos con nuestros propósitos pragmáticos y nuestra búsqueda de la
libertad (Segundo anillo, 151).
Tener un pinche tirano nos ayuda a
tratar con la gran seducción del reino inorgánico. Evidentemente, lo
que destruyó el segundo ciclo fue la errónea suposición de que si podían
manejar lo desconocido, también podían manejar a la gente. Al ser
destruidos, se dieron cuenta de que si podían manejar en primer lugar el
mundo de la gente, entonces podrían enfrentar lo desconocido y lo
incognoscible con impunidad (Fuego, 32).
Para quienes se sienten
atraídos por universo inorgánico, entrar en él es un gran logro. Una vez
allí, la tarea consiste en descubrir que ese es un mundo predecible y
tiene sus propias reglas. Uno de los ejercicios del nivel dos es
descubrir exploradores procedentes de ese mundo (Ensueño, 108). Don Juan
sugiere que debemos localizarles dentro del sueño para establecer con
ellos un vínculo a través del intento. En este caso, lo importante es
establecer el vínculo y no la forma de hacerlo. El vínculo puede crearse
porque tenemos un interés suficiente o porque somos maestros en el
manejo del intento. Posteriormente, cuando seguimos a los exploradores
de vuelta a su reino aprendemos a trasladarnos dentro de los sueños. Es
decir, en lugar de movernos con el cuerpo físico usando brazos y
piernas, aprendemos a viajar en la imaginación. Este conocimiento
prepara las condiciones para flexibilizar la conciencia y hacer que el
cuerpo energético cruce los limites de la percepción.
NIVEL TRES:
EL CUERPO DE ENSUEÑO. Uno de los aspectos más interesantes del cuerpo
de ensueño es que es una facultad natural de la percepción humana. A lo
largo de la historia, las experiencias del cuerpo de ensueño han sido
llamadas proyecciones astrales y experiencias fuera del cuerpo. Los
practicantes más habilidosos afirman que todos usamos nuestro cuerpo de
ensueño regularmente aunque no lo recordemos. Yo he encontrado pruebas
que apoyan esta afirmación.
Una mañana al despertar me sentía
tenso pensando en todas las cosas que tenía que hacer ese día. Estaba
acostumbrado a dejarme guiar por mis sentimientos en lugar de seguir un
programa, por eso me sentía acorralado. Durante varias horas intenté
relajarme mientras pasaba de una tarea a otra. A mediodía ya había
recuperado mi sensación de libertad. Durante la meditación de la tarde
me encontré en la negrura del nivel uno. Decidí jugar con ella para ver
si podía atravesarla y entrar en el ensueño. Entonces sentí el impacto
de las energías del cuerpo de ensueño. Para mí, esto suponía estar más
energetizado de lo normal, sentir como si hubiera un bloque de energía
condensada dentro de mí. Pensé que tenía que hacer un alto y tomar
notas, quizá relacionar esta experiencia con los esfuerzos por relajarme
que había hecho a lo largo de la mañana. Centré mi atención en la
cocina que era donde tenía el cuaderno. Entonces me levanté para ir a
escribir y me di cuenta de que acababa de volver de la cocina para poder
levantarme e ir a la cocina. Sentí una sacudida y me di cuenta de que
había olvidado momentáneamente que estaba en el cuerpo de ensueño porque
todavía no era parte de mi inventario cotidiano. Como no encajaba, lo
había bloqueado.
Don Juan dice que en el nivel tres comienzas a
mezclar el ensueño con el mundo cotidiano. En este estadio, dice, el
cuerpo energético ya está preparado para actuar. La práctica del ensueño
produce un cuerpo energético más definido y despierto. A estas alturas,
la práctica consiste en aumentar la capacidad de moverse con la
imaginación (Ensueño, 142, 153-154) y el medio para conseguirlo es
desarrollar la autonomía del cuerpo de ensueño.
En este nivel uno
de los principales obstáculos es perderse en los detalles del entorno
(Ensueño, 142). Don Juan dice que dentro de su recién hallada libertad,
el cuerpo de ensueño se vincula con cada detalle disponible. Para
contrarrestar esta tendencia, necesitas una fluidez ilimitada, más allá
de las restricciones de la razón. Este abandono completo es necesario
para liberarse de la forma, de lo conocido. El consejo de don Juan es:
sé inmensamente curioso pero no te quedes paralizado.
Como en
todas las labores toltecas, lo más importante es perder la propia
importancia. Don Juan dice que para liberar la energía del ensueño hay
que desplegar la energía que uno posee. La disciplina del Acechador
genera un proceso que tiene el efecto de renovar toda tu vida, liberando
energía para el ensueño (Ensueño, 37). La manera de usar esa energía
dependerá de tus propósitos y del tipo de modelo que uses para ensoñar.
Como el cuerpo de ensueño es una capacidad natural, no es necesario el
modelo tolteca para tomar conciencia de él. Sin embargo, este modelo es
valioso porque delinea los pasos de su desarrollo. Otro beneficio
adicional es que señala un camino más allá de las «simples» percepciones
del cuerpo de ensueño. Por ejemplo, don Juan afirma que el verdadero
propósito del cuerpo de ensueño es ver (Ensueño, 163). En otras
palabras, se trata de capitalizar su ritmo vibratorio superior para
alcanzar alineamientos energéticos más profundos y significativos. Al
hacerlo, la conciencia se extiende a todo el cuerpo energético.
NIVEL CUATRO: EL VIAJE DEL CUERPO DE ENSUEÑO. Ahora estás plenamente
preparado para armonizar el primer campo energético con el segundo. El
cuarto nivel consiste en viajar a lugares específicos y definibles
usando el cuerpo de ensueño. El resultado es que aprendes a determinar
con gran destreza la cohesión de tu cuerpo energético (Ensueño, 69).
Don Juan dice que en el nivel cuatro tienes tres opciones: viajar a
lugares de este mundo, viajar a lugares de otros mundos y viajar dentro
de los sueños de los demás. Por ejemplo, el inquilino empujó a Castaneda
a un sueño que este confundió con un lugar físico real. El inquilino le
dijo que esa experiencia servía para mostrarle los misterios del
segundo campo (Ensueño, 200, 232). Para entrar en este nivel es
necesario moverse intencionalmente en el segundo campo como normalmente
lo haríamos en nuestras actividades cotidianas.
Castaneda no ha
etiquetado ni definido en sus libros las prácticas de ensueño para los
niveles cinco a siete. Sin embargo, en ellos hay referencias que indican
una posible progresión consistente con las enseñanzas de don Juan.
Basándome en mi comparativamente limitada experiencia os presento alguna
pista de los niveles restantes.
NIVEL CINCO: EL DOBLE. A veces,
el término «doble» es utilizado para indicar la totalidad del cuerpo
energético. En otras ocasiones se usa para indicar el cuerpo de ensueño.
En este caso, llamamos doble al cuerpo de ensueño cuando tiene tanta
fuerza que puede ser percibido por los demás como si fuera una entidad
completamente independiente del cuerpo físico. Don Juan afirma que el
doble genera la capacidad de estar en dos lugares al mismo tiempo.
También dice que el doble es real, aunque no de carne y hueso y añade
que es sólido, porque la solidez procede del recuerdo que describe un
suceso. Incluso llega a sugerir que es su doble el que ha estado
asociado con Castaneda (Relatos, 49-56).-
Hace algunos meses,
observé a mi doble durante un viaje en avión. Recordemos que estar
suspendido por encima del suelo es una táctica de rastreo usada para
desvincular la conciencia de las influencias normales que tienden a
sujetarla a la tierra, dejando así volar libremente la percepción. (Grau
dice que permanecer suspendido dentro de una canasta durante extensos
períodos de tiempo es una de las técnicas que se emplea para reducir las
influencias externas. Además, don Juan dice que permanecer colgado de
un arnés de cuero sirve para limpiar las enfermedades que no son físicas
[Don, 290, 187].) Con los años, he aprendido a utilizar los viajes en
avión para este mismo propósito. En aquella ocasión, todo parecía estar a
la medida de mis necesidades. Las diez filas de asientos delante de mí
estaban a mi disposición y los demás pasajeros apenas interferían.
Aprovechando la oportunidad, practiqué la mirada fija, primero con la
cabina y después con las nubes. Me sentí en paz y entré en el ensueño
durante un par de minutos. Después me desperté para tomar notas. Miré
hacia mi izquierda y vi una versión luminosa de mi mismo sentada en la
misma hilera pero en el otro lado del pasillo. La figura miró hacia
adelante. Cuanto más enfocaba mi mirada, más se evaporaba.
Recordemos también que existen pruebas de que hay un peligro cuando uno
se acerca a su doble. Es muy posible que sea un peligro real, por tanto
es necesario ir con cuidado. Considera, por ejemplo, que si el cuerpo
físico no tiene la energía suficiente, no vibra a la misma velocidad que
el doble, por lo que
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